¿Recuerdas la primera vez que acariciaste el lomo de un perrito, o cuando admiraste el vuelo libre de un ave en alguna de tus calles, o el lengüetazo de tu mascota como muestra de su amor hacia ti? Así es como, sin darnos cuenta, los animales nos enseñan a sentir emociones positivas por especies diferentes a las humanas, nos enseñan a respetar la posibilidad de convivir en armonía a pesar de lo diferentes que podamos llegar a ser.
Kant dedujo “todo nuestro conocimiento empieza con la experiencia”, a partir de ella decidimos qué nos gusta o cómo actuar frente a diferentes situaciones.
Con base en ello, recuerda a tu primera mascota o algún acercamiento con los animales que te haya hecho asombrarte… ¿No los amas? Es precisamente esta primera experiencia, la que queremos que suceda en Zoofari con los más pequeños de casa.
Hoy en día, la conservación de la vida silvestre se ha convertido en una actividad crucial para el cuidado del medio ambiente y nosotros, al igual que tú, queremos promover la empatía, el amor y el aprendizaje del maravilloso mundo animal.
En 2009, en la gran Londres, se realizó un estudio respecto al impacto en los niños de sus visitas al zoológico. Consistió en dibujar sus paisajes naturales favoritos lo más detallados posibles, además de entrevistas cara a cara. El proceso con cada niño, se realizó antes y después de ingresar al zoo.
¿Y como resultado? En efecto, cambios súper positivos en la apreciación de los niños sobre la vida animal. El estudio realizado a niños de entre 7 y 12 años, mostró, en primer lugar, un aumento de elementos descriptivos en los dibujos realizados, por ejemplo, en lugar de escribir “terreno arenoso”, colocaron “desierto con clima seco” y lo más importante, la tasa de niños preocupados por las especies en peligro de extinción aumentó un 12% entre las entrevistas de entrada y salida del estudio. (Jensen, E. 2014)
Dichos resultados no son ninguna casualidad. Vuelve a tu niñez e imagínate admirando las formas de las manchas en la piel de las jirafas o contemplando la melena de un león o quizá escuchando el sorprendente aullido de un mono.
Sin duda, el acercamiento con la vida natural al aire libre es uno de los cimientos que nos forjan el principio social más básico: la empatía, nacido del cariño y respeto por las demás vidas,
Como madre, padre, tío o abuelo de un niño; tienes la oportunidad de ser la base para la construcción de conocimiento y experiencia. Aprovecha la ocasión, y descubran juntos la grandeza de nuestro planeta, enamorense de los colores radiantes, los sonidos cálidos de las aves o tan imponentes como el rugir de un jaguar; la sensación del pelo de una llama o la dureza de un capibara.
Hoy, como siempre, los invitamos a amar y cuidar la vida natural, ayudando a las especies en conservación y respetando a aquellos animales que viven a nuestro alrededor: de las abejas a las águilas, cada uno es parte de nuestro entorno. Disfruten, cuiden y enamorense.
Bibliografía
Jensen, E. (2014). “Evaluating children’s conservation biology learning at the zoo”. Conservation Biology. Recuperado en agosto de 2018 de https://bit.ly/2PmMy8p